lunes, 13 de enero de 2014

Gobernador de adorno




La Opinión "Aquí Mismo".- Débil, servil, falto de decisión, pusilánime, son sólo algunos adjetivos que de Gabino Cué Monteagudo pueden apreciarse en las redes sociales y en los comentarios de muchos ciudadanos inconformes con el papel que el mandatario está haciendo al frente del Gobierno de Oaxaca.


Y no es para menos, la percepción de la gente es que no hay obras, servicios ni atención. La encuesta aplicada por Mitofsky el pasado mes de noviembre, arroja que Cué tiene una aprobación del 54% de sus gobernados, ocho puntos porcentuales menos que el promedio nacional, que es de 62%.

¿Y eso le importará al mandatario? Parece que no. Gabino Cué podrá ser un buen tipo, pero la percepción es que es un gobernante sin decisiones; bajo la bandera demócrata, deja hacer y deshacer a cuantos pillos tiene alrededor. Es más, tiene más pantalones el dirigente de la Sección 22 de la CNTE, que el mismo Gabino.

En materia de obra pública, la cosa está plagada de corrupción. Si antes había ratas en el Gobierno, ahora hay tlacuaches (porque se pasan de ratotas); ¿Sabía usted que para ejecutar una obra municipal antes hay que dar aviso a la Secretaría de las Infraestructuras para que sea ésta la que decida qué empresa la ejecutará? Y en este tránsito, la Secretaría en cuestión pide el diezmo a los constructores, más el diezmo que le deben dar al presidente municipal, pues ya se encarece la obra.

En materia de seguridad, ¿percibe usted una mejoría? Los 3 mil policías que hay en todo el estado no se dan abasto para enfrentar a la delincuencia. Hay un gran contraste entre la poca preparación, los bajos salarios y las jodas que se acomodan los nobles polis oaxaqueños y los autos lujosos, celulares, secretarias (servicio particular), viajes, viáticos, prestaciones de los altos mandos y altos funcionarios policiales.

¿Y del impulso al agro? Que yo sepa, de los más de 3 mil 500 invernaderos que existían en el anterior sexenio (uno de los más corruptos) pues ahora sólo funcional como 41 (no, pos’ tábanos mejor cuando’s tábanos pior).

Y así, salud, educación, vivienda, infraestructura urbana, suburbana y rural, agua potable, en todos los rubros, simplemente no se ve avance de ninguna índole; Gabino sólo está “administrando” y no gobernando; parece que es un encargado de despacho o un Gobernante interino, sólo a la espera de que llegue su relevo.

¿Estará amenazado el Gober?, ¿le sabrán algo muy comprometedor y lo tienen acotado?, ¿a quién le rinde verdaderamente cuentas el Gobernador? Hay tantos rumores, tantas historias que van desde amores locos entre varones, hasta interpretaciones sobre el estado de salud del mandatario; otras más pretenden explicar el pensamiento demócrata del señor Cué y de ahí su nula intervención en decisiones políticas en los otros poderes (legislativo y judicial). 

Lo que sí es un hecho es que si el Gobernador sigue permitiendo tanta impunidad, tanta corrupción, tanto dispendio de recursos y la línea de mando ya no la tiene él, entonces alguien más la tomará y por ahí hay tanto buitre que ya lo está haciendo. Es más, me atrevo a decir que la “forma” de gobernar de Cué (si es que a eso se le llama gobierno) está abriéndole cancha al PRI para su retorno a la gubernatura del estado.

A principios del siglo XX, cuando la Revolución Mexicana había terminado con una dictadura de más de 30 años, nacieron las primeras expresiones democráticas y el personaje más visible que enarboló esta bandera en la historia fue Francisco I. Madero, quien en su fugaz mandato sufrió los embates de la crítica, la traición y la aún fuerte influencia de los porfiristas incrustados en el nuevo régimen democrático, porque no había de donde más echar mano.

Madero y su pequeño equipo de fieles colaboradores (su propio hermano, Gustavo A. Madero y José María Pino Suárez) se vieron envueltos en un escenario donde las complicidades, la deslealtad y el exceso de confianza que el mismo movimiento democratizador gestó llevaron al incipiente gobernante hacia su propio despeñadero.

Durante los dos años que Madero estuvo en el poder (1911-1913), su régimen fue blanco no sólo de ataques al interior de su propio gabinete, sino también en la prensa se desató una severa crítica a la forma de gobernar del nuevo Presidente.

Gabino no es Madero. Por lo menos al segundo lo marcaron las circunstancias, la coyuntura política, la inmadurez del pueblo mexicano y la exacerbada ambición de los militares por tener el control político y militar de México, lo que ahogó el primer intento de un mejor país.

¿Pero a Gabino?, ¿qué lo marca? Que ya ponga orden y deje de ser un Gobernador de adorno.

Oportunistas

Encima de que el gobierno de Gabino Cué cede a todo (marchas, plantones, enfrentamientos, invasiones de chiapanecos en territorio oaxaqueño, intromisión de “líderes” en asuntos políticos, corrupción) ahora una familia de “abolengo” (el dinero lo compra todo), la familia Ruiz Solana, presentó el pasado 7 de enero una denuncia en contra del gobierno de Cué Monteagudo, por el concepto de incumplimiento de contrato.

Los oportunistas miembros de esta familia alegan en el proceso penal, que desde noviembre de 2010 el gobierno del estado les adeuda 17 millones 302 mil 560 pesos. Esto por la renta de un predio de 14 mil metros pagados, que ni siquiera ha utilizado el actual gobierno.

Los Ruiz Solana aseguran que el propio Cué Monteagudo se comprometió a pagar una renta mensual de 400 mil pesos más IVA por este predio, aledaño a Ciudad Administrativa, en la zona de Tlalixtac de Cabrera, y que fue utilizado como estacionamiento durante el sexenio de Ulises Ruiz. Si Cué cede o pierde el litigio, nos confirmará una vez más su debilidad, ¿no lo cree usted así, querido lector?

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